El movimiento artístico, experimental y performático del arte conceptual de los años 60.
Conciertos musicales, donde los instrumentos se golpean hasta su destrucción, mujeres que dejan intervenir su cuerpo y vestimenta por un grupo de desconocidos, personas que rompen piezas de cerámica con un martillo ante un público, pinturas en vivo mientras otros recitan y jadean en un micrófono; en este artículo desarrollaremos sobre como interrogarse en qué consistió el movimiento Fluxus genera más preguntas que respuestas.
Enmarcado dentro del arte conceptual, Fluxus reunió artistas de diferentes disciplinas, como las artes visuales, la danza, el teatro, la música y la literatura. Tuvo su desarrollo en Europa, Japón, pero sobre todo en Estados Unidos, con artistas como George Maciunas, George Brench, Robert Watts, Yoko Ono. Alison Knowles, Charlotte Moorman, entre muchos más.

«(El) Fluxus-arte-diversión debe ser simple, entretenido y sin pretensiones, tratar temas triviales, sin necesidad de dominar técnicas especiales ni realizar innumerables ensayos y sin aspirar a tener ningún tipo de valor comercial o institucional», así lo definía Maciunas, quien se autoproclamo jefe coordinador del movimiento artístico.
Pero ¿de qué se trataba Fluxus? Fluxus era más que un manifiesto que rompía con los estándares por los cuales se comprendía el arte tradicional, era más que un conjunto de cuestionamientos a las instituciones artísticas, su circuito, el mercado y la obra de arte como objeto; era una manera particular de producir y vivir el arte.
No se dejó encasillar dentro de ningún concepto: ni en la pintura, la escultura, el teatro, el cine o la música, pesé a que sus orígenes se lo atribuyen a la vanguardia musical, de la mano del compositor John Cage.
No hay que caer en la confusión de confundir al Fluxus con el happening, no se trataba de un ensamble o sucesión de actos ni procesos de dinámica grupal entre dos o más performerce. Los «actos» fluxus eran acciones acústicas o visuales sencillas. Eran efímeros, al igual que el happening, pero podía tener o no un público y ejecutarse en presencia, o ausencia, del artista. Estos «actos» podían ser lúdicos, divertidos, chocantes o hasta graciosos, lo importante era que debían ser espontáneos y su realización dependería de sus participantes.
¿Cómo podría encasillar la crítica a Fluxus dentro de la historia del arte? Entre 1962 y 1963, los conciertos de Maciunas dieron los comienzos de su aparición; sin embargo, su ambigüedad, su dificultad para clasificarlo hacía que fuera casi imposible delimitar un período de tiempo en el que este se hubiese desarrollado. «Fluxus no se ha inventado aún» afirmaba Emmert Williams, poeta del movimiento.
Fluxus constituyó una gran influencia para la obra del artista coreano Nan June Park, hoy considerado el creador del video arte, tanto que llegó a integrar el grupo. Aportó puestas en escenas de composiciones de carácter tan absurdo que se dice que superaba al mismo John Cage.

Yoko Ono fue una de las principales referentes de Fluxus en los Estados Unidos. Artista visual y música, fue la organizadora de los Chambers Concerts, conciertos musicales donde se reunían los artistas de vanguardia a intercambiar proyectos e ideas. Fue allí donde se aglutinaron los integrantes que luego formarían este movimiento. Yoko Ono desarrolló performances y videos arte que trataban las luchas por de la libertad, la paz, el feminismo, y contra el racismo y la homofobia y toda forma de guerra.
Sin dudas, el arte no sería hoy como lo conocemos sin la experiencia Fluxus, que fue crucial para el desarrollo de toda expresión artística que busque pasar los límites de lo que convencionalmente le es atribuido al arte del momento.
Fluxus fue la invención de un estilo de vida, una nueva filosofía para muchos artistas que no se sentían identificados con los estándares. Su devenir en la historia del arte estuvo condicionado por el quiebre que se produjo en la manera de entender a la obra más como una experiencia, a la creación artística como un proceso y al circuito del arte como un espacio donde romper con las leyes y mandatos que intentan clasificar a las corrientes. Fluxus entró en escena para cuestionar hasta la manera de realizar arte conceptual.

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