El arte minimalista hecho de luz.

Dan Flavin fue uno de los artistas estadounidenses del movimiento de arte abstracto minimalista. Se formó en historia del arte y comenzó su trayecto como artista visual a través de la acuarela, la pintura, la fotografía y el collage.

Lo interesante es que el considerado «artista de la luz fluorescente» comenzó formando parte del movimiento expresionista abstracto para, de a poco, simplificar los elementos expresivos de sus cuadros e instalaciones, hasta convertir su materialidad en tan solo unas luces de neón; obras con las que comenzó a considerárselo como un minimalista, movimiento que se opone la abstracción expresionista.

 ¿Puede la luz, y solo el elemento visual de la luz, ser la única materialidad de la obra? La respuesta es sí, muchos artistas han simplificado sus composiciones al mero uso de la luz, y Dan Flavin es considerado uno de sus pioneros.

Sus obras consistían en instalaciones lumínicas que vinculaban a la luz con el espacio y, muchas veces, con el color. Para esto utilizaría un material industrial, que son las luces de neón, al que le daría fines artísticos, decisión característica del trabajo de los minimalistas. Su primera obra consistió en tan solo un tubo de luz sobre una pared, que iluminaba la sala de exposición, que llamaba la atención por su efecto lumínico.

Con el tiempo, incorporó color y figuras geométricas que se encontraban en determinado orden y buscaba generar un balance. Sus obras dialogaban entre sí, desde tubos de luz colgados en una pared a modo de cuadro y esculturas expuestas en medio de la sala, hasta grandes instalaciones, que el espectador podía recorrer y apreciar sus diferentes puntos de vista. Muchas veces ocupaban un cuarto entero dentro de una sala de exposición e iluminaban todo el ambiente con su color.

Flavin jugaba con el espacio arquitectónico, sus obras estaban dispuesta de tal modo que la luz y el color dialogaban con el espacio de exposición de una manera intencional, y sus producciones comenzaron a tener gran escala. Sus instalaciones pronto salieron de las salas de los museos y galerías y comenzaron a formar parte de la arquitectura de importantes edificios en diferentes lugares del mundo.

 El minimalismo tenía como objetivo demostrar que el arte podía carecer de interpretaciones subjetivas, podían producirse obras artísticas solo como expresiones de un lenguaje, desvinculadas de toda forma de simbolismo. Dan Flavin se valió de esto para mostrar cómo podía hacer reflexionar a su público sobre las posibilidades que permite la luz para construir imágenes abstractas, y se convirtió en un gran aporte para la teoría del arte.