El desnudo masculino en la fotografía.

A mediados de la década de 1960 llega a Brooklyn, Nueva York, un joven aspirante a las artes visuales que luego desarrollaría su trabajo como fotógrafo profesional, convirtiéndose en uno de los más famosos e importantes de su tiempo; este joven era Robert Mapplethorpe.

 El 4 de noviembre de 1946 nace en Queens, parte de una familia católica conservadora. Su formación religiosa marcaría la obra de Mapplethorpe.

 Sus primeras fotografías fueron tomadas con una cámara polaroid, mientras se autorretrataba y utilizaba a sus amigos como modelos, entre ellos su pareja de ese momento, la futura cantante Patti Smith. Para los años 70, se dedicó a fotografiar artistas y gente de las clases altas neoyorkinas.

 Uno de los puntos a destacar de sus desnudos, es que Mapplethorpe dedicó su vida a la figura masculina. Buscaba resaltar las posibilidades que les permiten sus cuerpos, fotografiaba a muchos bailarines y deportistas de la época.

Durante toda la historia del arte, belleza fue sinónimo de mujer. El hecho de que un artista decida utilizar al cuerpo masculino para sexualizarlo y mostrar su potencial erótico era algo poco visto hasta ese entonces. Lo que demuestran sus obras es que ambos cuerpos pueden convertirse en objeto sexual, y lo que cambia es la mirada del espectador, que ante los ojos de la cultura patriarcal es la mujer quien solo podría ocupar ese lugar.

 No hay registro de que Mapplethorpe haya buscado hacer este planteo con sus obras, más bien siguió su deseo homosexual, que lo llevó a trabajar con distintos tipos de cuerpos, algunos más escultóricos que otros.

 Con el tiempo, sus fotografías se fueron volviendo más pornográficas, hasta que decidió abordar un tema que a él le producía un particular interés: el sadomasoquismo. Esto generó tal escándalo en la sociedad estadounidense que sus imágenes fueron motivo de censura. Era considerado obsceno, una «mente sucia», así lo denominó el senado republicano, quienes prohibieron la muestra retrospectiva realizada luego de la muerte del artista en 1989.

«Creo que todos están involucrados de una manera u otra con la sexualidad, así que, si crees que el sexo es sucio, todos tienen una mente sucia» expresaba el artista respecto a las declaraciones que se solían hacer sobre su trabajo.

 Durante una de las décadas más trágicas para la comunidad gay, Mapplethorpe contrajo el VIH. Sus autorretratos comienzan a ser cada vez más tétricos y oscuros; en ellos el fotógrafo se muestra con un bastón de calavera y calas, como forma de incluir elementos que simbolizaran la muerte. Finalmente, a los 42 años es internado y muere de SIDA.

 Robert Mapplethorpe nos ha dejado una gigantesca cantidad de material artístico, desde sus primeras fotografías en su departamento en Brooklyn, los retratos junto a Patti Smith a sus 20 años, las capturas de personalidades famosas como James Dean y Andy Warhol, sus primeros desnudos masculinos y femeninos, hasta las imágenes que se van volviendo más porno, el sado, los objetos violentos y sus últimas fotografías que predecían su final.

 Si bien se lo recuerda por sus imágenes más crudas e impactantes, hay que reconocer en su trabajo el abordaje del cuerpo varonil como portador de sensualidad. En una época donde todavía parecía prohibido hablar de otro deseo que no fuera el del hombre cis heterosexual, Mapplethorpe se animó a mostrar en imágenes que existen otros sujetos deseantes. Utilizó su propio rostro y cuerpo para experimentar con la cámara y se convirtió en una figura emblemática del arte erótico y pornográfico.

Hoy es uno de los fotógrafos más estudiados del mundo.