La imagen en movimiento en el arte conceptual.
La imagen en movimiento tiene sus orígenes en el siglo XIX, luego de la aparición de la fotografía. Su procedimiento y técnica permitieron comprender que se podían utilizar fotogramas para descomponer los movimientos de los seres vivos y los objetos. Así surgió la cronofotografía, una técnica que lo que permite es captar el movimiento de una serie de fotografías fijas durante cierto período de tiempo.
Luego del desarrollo del cine, la industria cinematográfica y la televisión, la imagen audiovisual aparece en el mundo artístico de las artes visuales, la música, la literatura, el teatro y la danza. Son los artistas visuales, en su mayoría, los que la utilizarán para crear obras que rompen con los esquemas conocidos por los que se entiende a la obra de arte, parte del denominado arte conceptual.

Las posibilidades que brinda el video son infinitas, desde registros de obras musicales, recitales de poesía, performances en vivo, hasta la creación de obras que captan instantes que el artista considera poéticos o que buscan trasmitir cierto mensaje.
Se considera que uno de los pioneros «electrónicos» fue Nan June Park, y se le atribuye la creación del video arte. La tecnología comienza a tener cada vez más protagonismo en el campo artístico.
En 1960, Jackson Pollock comienza a filmar sus drippings, proceso artístico con el cual volcaba pintura mezclada con diversos materiales para que esta diera efecto de «chorreado». Al mismo tiempo, el compositor John Cage registró sus performances con sonidos no instrumentales y ruido. El video permite que el artista no solo cree una obra o producto resultante, sino que los procesos de creación sean la obra en sí misma.
Luego, aparecería el movimiento Fluxus, que se encargaría de realizar puestas en escenas interdisciplinarias. Las artes plásticas se cruzan con otras ramas artísticas y esto produce un clima cultural en el que la tecnología permite la experimentación con las capacidades expresivas de esta.
El video arte se vincula con el cuerpo como concepto artístico, es este quien ahora es protagonista de la obra, sea a través del baile, el body painting o cualquier tipo de acción performática.
En 1970, Chris Burder presentó su obra Shoot, en ella mostró un registro audiovisual de cómo otro artista le disparó con un proyectil calibre 22, desde una distancia de 4 metros, el disparo le terminó por traspasar el brazo. El artista quería trasmitir la idea del miedo ante el dolor y hacer alusión al hecho histórico de la muerte del presidente Kennedy en 1963, hecho que también fue registrado de manera audiovisual.

En los 70, también, aparece la primera generación de mujeres que hacen uso del video para cuestionar el rol de la mujer en una sociedad mediática y patriarcal, a través del uso del cuerpo femenino. Ponen en duda el concepto de feminidad como se lo conocía hasta ese entonces, denunciando la violencia contra los cuerpos. Algunas de ellas fueron Nancy Holl, Martha Rosler, Lynn Hershman y Rosemarie Trockel.
Con el correr del tiempo, la imagen analógica sería remplazada por la producción digital, y para 1990, el concepto «video arte», que se lo vinculaba a esa apropiación de la imagen en movimiento, dejó de existir. Las técnicas audiovisuales se perfeccionaron y con ello se complejizaron las narrativas y formas de representar a través de la imagen.
La aparición de la fotografía y el video marcarían un tiempo histórico, donde la tecnología aparecería por primera vez en el universo de los artistas plásticos para brindar nuevas posibilidades de expresión creativa y ampliar el espectro de la producción artística.

Deja un comentario