Locura y arte: el concepto de lo infinito en Yayoi Kusama

Anuncios

Detrás de la obra visual de una de las artistas más importantes de Japón.

El 22 de marzo de 1929, nace en Japón, en la ciudad de Matsumoto, la artista plástica Yayoi Kusama. Artista que cursaría sus estudios en pintura japonesa en Kioto, pero a quien le seducía, particularmente, las vanguardias europeas y norteamericanas. Fue así como, en 1973, se trasladó a la ciudad de Nueva York para desarrollar una obra más inclinada al arte pop, y no tanto a la tradición de las artes visuales orientales.

 Su producción se desarrolló en el dibujo, la pintura, el grabado, la instalación y la performance. Había algo que a Kusama le obsesionaba y era representar y repetir patrones para generar la idea de lo infinito. Así, en sus pinturas, predominan el uso de colores saturados y un manejo de las formas orgánicas que nos remiten a las imágenes microscópicas celulosas. A través de sus instalaciones buscaba ambientar espacios con espejos, luces, puntos de colores que, en el espectador, generaban la sensación de estar recorriendo una sala que se reproducía hasta el infinito. Lo mismo con sus esculturas, denominadas «fálicas», estas repetían patrones de formas circulares, con una gama de colores saturados, con las que, en su montaje, buscaba reproducir el mismo tipo de objeto escultórico en la sala de exposición.

Instalación de Yayoi Kusama

Pero ¿de dónde surgió este interés tan particular de trabajar, durante toda su vida, con el mismo concepto de lo infinito? Kusama padecía conflictos con su salud mental, y parte de las alucinaciones que percibía con sus sentidos eran puntos de colores que invadían su campo visual. La forma en que ella percibía el mundo la llevaba a tener una mirada creativa única, que la artista logró volcar en la totalidad de su obra visual.

Su arte no solo se expresa en sus producciones expuestas en galerías y museos, Kusama, como toda artista de vanguardia, entendía al arte como estilo de vida, y en ella eso implicaba no solo expresarse con la materia, sino también con su pelo, vestimenta y maquillaje. Por eso en todas sus fotografías podemos apreciar sus prendas de colores estridentes estampadas a lunares, sus cabellos teñidos, sus particulares anteojos, toda su imagen personal que responde a la estética de su trabajo como artista.

A finales de junio del 2013, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), trajo Obsesión infinita, la muestra retrospectiva de Yayoi Kusama, que convirtió al museo en el primero de América Latina en presentar a la artista japonesa.

 La muestra expuso más de cien obras, creadas entre 1950 y 2013, en las que se incluyeron obras objetos e instalaciones, pero también recreación de ambientaciones, registros audiovisuales y documentación sobre la vida y producción de la artista

.Instalaciónde Yayoi Kusama

 Muchísimas personas han expresado su sufrimiento y sus padecimientos mentales a través del arte, pero Kusama se destaca entre muchas. Tal vez sea la constancia que le ha dedicado a su trabajo, la disciplina característica de la cultura oriental, la cantidad de obras que giran siempre en torno al mismo concepto y cómo ha logrado reinventarse en el trascurso del tiempo y de las corrientes estéticas.

 En 1990, se internó de manera voluntaria en un hospital psiquiátrico de Japón. Comenzó a dedicarse, principalmente, a la pintura y no dejó de exponer su arte por todo el mundo, convirtiéndose en una de las artistas visuales más reconocidas.

Yayoi Kusama, en la actualidad, tiene 95 años y continúa trabajando.


Descubre más desde A través del arte

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Anuncios

Deja un comentario

Comments (

0

)