La cruda realidad en la pintura de Lucian Freud.
La obra de arte más costosa que se haya subastado hasta el 2008 fue la pintura al óleo titulada “Supervisora de Ganancias durmiendo”, realizada por el británico de origen alemán Lucian Freud. En ella, una mujer de contextura obesa duerme sobre un sillón, completamente desnuda. La modelo del cuadro fue una trabajadora del gobierno llamada Sue Tilley, quien también se dedicaba al arte, la escritura y el modelaje. Freud quería realizar un retrato de un cuerpo real, atractivo en la complejidad de sus formas, pero que iba en contra de las normas mediáticas de cómo debería verse una persona.
Esta pintura se vendió a 33,6 millones de dólares, cuando el pintor aún se encontraba con vida, logrando convertirse en el artista más cotizado de ese tiempo. Pero ¿quién era este pintor llamado Lucian Freud?
Freud nació en Berlín, en 1922. Su familia judía tuvo que emigrar a Inglaterra cuando Hitler asumió el poder en Alemania. Como advertimos por su apellido, era uno de los nietos del famoso psicoanalista Sigmund Freud, quien, por su trabajo, era uno de los blancos del nazismo.
Se lo considera uno de los representantes de la pintura figurativa inglesa. Freud se dedicó siempre a la figura humana, en sus comienzos de manera más surrealista, retrataba a sus amigos, amantes, familiares, vecinos y también a las mascotas que los acompañaban. Con el tiempo, modificó su estilo y la manera de trabajar el material. Lo recordamos por sus cuadros de ancianos y cuerpos que reposan en el suelo o en una cama, con un tratamiento de la pintura al óleo donde el pintor deja que el material se empaste y genere una textura con la cerda del pincel. Mantenía una pincelada expresiva con la que iba representando los diferentes planos del volumen de las figuras.
Freud trabajaba el tema de los cuerpos en reposo, le gustaba pintar a personas mientras descansaban o dormían. A su vez, se rebelaba contra los cánones de belleza del momento, retrataba cuerpos no hegemónicos, ancianos, gordos y jugaba con la desproporción de su anatomía. Buscaba representar la vulnerabilidad de los cuerpos, los mostraba en ángulos y puntos de vistas donde estos quedaban expuestos.

Una de sus frases famosas decía «quiero que la pintura actúe como si fuese carne». Esto se ve en el tratamiento del empaste del material y el trabajo del color, con una gran gama de neutros en su paleta.
Al ver todo su trabajo pictórico es imposible no recordar a otro pintor inglés contemporáneo a Freud, que también se dedicó al arte figurativo y que tenía una particular forma de trabajar la anatomía de los cuerpos, ese pintor es: Francis Bacon.
Ambos artistas mantuvieron una extensa amistad en el correr de los años, donde se nutrieron artísticamente y se dice que Bacon funcionó como «maestro» para Freud. Venían de la misma escuela figurativa y tenían gustos pictóricos similares; ambos pintores querían innovar en el abordaje de la construcción de la figura humana a través de su estudio, con metodologías de trabajo muy diferentes. Bacon era impulsivo y emocional, mientras Freud era mucho más meticuloso y paciente con su trabajo.

Se dice que tuvo una vida a travesada por sus problemas de alcoholismo y que a nivel emocional y económico le ha sido muy difícil continuar produciendo; lo ha logrado, en parte, con ayuda de su colega y amigo Bacon, quien financió gran parte de su obra.
Freud se convirtió en mucho más que un artista cotizado, es un referente de la pintura inglesa, sus imágenes circulan en gran parte del mundo y muchos artistas se forman a través del estudio de su método para construir la figura humana.
Lucian Freud llegó con vida hasta los 88 años, falleció el 20 de julio de 2011, y alcanzó lo que pocos artistas logran en vida: tener reconocimiento artístico y poder vivir de su arte.

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