Temporalidad y movimiento en la fotografía.
Marcelo Grossman fue un artista, especializado en fotografía, que nació en la ciudad de Buenos Aires en el año 1958. Es conocido por haber tenido una amplia trayectoria en el escenario cultural porteño y actualmente, tras su muerte, han circulado sus imágenes fotográficas en las que predomina un elemento compositivo que las caracteriza: el movimiento.
Tras su formación artística, en 1980 comienza a trabajar en la fotografía de manera tradicional, retratando a oficiales y soldados jóvenes, para más tarde comenzar a crear obras a partir de fotografías ya realizadas por otros.
Su serie «Movimiento perpetuo», parte de fuentes fotográficas originales a partir de películas que al artista le interesaban, considerándolas, en palabras de él, “una expansión del universo a explorar”. Permite incorporar a la fotografía ciertas características del cine, como por ejemplo la elipsis temporal que no suele trabajar la fotografía. Mientras que, en la imagen fija, la noción de tiempo es por ausencia, la imagen en movimiento está condicionada por el trascurso de cierta temporalidad. A través de esta obra, el artista pudo trabajar esta noción y jugar con diferentes retazos fotográficos a modo de «collage», dando cierto movimiento que nos remite a lo audiovisual.

Tal vez sea su serie «¡Culpable!», de 1989, la que se encuentre circulando por las galerías y museos de Buenos Aires tras la muerte del autor en 2024. En ella podemos apreciar una serie de retratos frontales realizados con una serie de impresiones fotográficas superpuestas, es decir, es una técnica de impresión de placa sobre placa que genera cierto movimiento en la imagen final.
Los y las modelos son fotografiados de manera similar a la que se muestra a un culpable en la prensa sensacionalista. El artista se interroga quiénes son los culpables en un mundo con sociedades que generan criminales.

Cada retrato es una monocromía; es decir, está compuesto por un solo color y trabaja el movimiento, distorsionando los rasgos de los sujetos fotografiados, con lo que se vuelve difícil distinguir su identidad.
Lejos de la fotografía tradicional, donde la imagen aparece de manera estática, Grossman se propuso trabajar las posibilidades que las impresiones generan para romper con la noción de la fotografía como una técnica que solo capta instantes de luz fijos para darle dinamismo y jugar con las composiciones.

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